por Ana Sofía Herrera Harfuch y Rodrigo Antonio Galán Mendoza
¿Sirve de algo hacer una visita al psicólogo? ¿Qué es la psicoterapia? Ésta y otras preguntas encontrarán respuesta en este texto en el que se propone a la disciplina como un método para crear herramientas que nos ayuden a enfrentar nuestros problemas.
Julien Pacaud, The Naturalist (La naturalista), 2015. julienpacaud.com. Cortesía del artista.
¿De qué sirve ir al psicólogo? Esta es una de las preguntas que retumban por los corredores y que prueba el menosprecio de los alcances de la psicología, una de las ciencias humanas más importantes. ¿Cuál es la respuesta? Probablemente, la psicoterapia, algunas veces, no sirva de mucho, pero siempre, sirve de algo. Y ese “algo” es lo que la hace poderosa.
El mortal que ha osado elegir el camino de la psicología deberá enfrentarse a diferentes mitos y discursos que envuelven el mundo de la psicoterapia. Posiblemente, el lugar que se le ha dado es la consecuencia directa del lugar otorgado a la psicología, una ciencia poco valorada, pero también poco conocida. Por un lado, están aquellos que dicen que no creen en ella, como si fuera una cuestión de fe o de religión. Por otro, existen sujetos que la consideran poco efectiva por no ser una ciencia dura y prefieren otros modelos como el médico o el psiquiátrico. Esta comparación se asemeja al contraste de un edificio con una fruta. Por otra parte, hay quienes dicen disfrutarla, pero la confunden con una serie de prácticas, como las constelaciones y la risoterapia, entre otras, y que, aunque pueden ayudar, no son consideradas parte del campo. También hay personas que dicen no importarles las cuestiones emocionales porque carecen de relevancia, en contraste con las físicas, por ejemplo, el cáncer. Y, finalmente, se encuentra la gente que, de plano, considera que ir al psicólogo es una pérdida de tiempo, energía y dinero, siendo igual de útil o más, tomarse un café con una amiga, contárselo al sacerdote, al taxista o a la estilista.
No es casual que todos estos discursos también acompañen al psicólogo y quieran determinar quién y cómo es. ¿Cuántas veces no se ha escuchado que los psicólogos son los más locos? Esto se debe, principalmente, al poco conocimiento de qué es en realidad la psicología y de qué hacen los psicoterapeutas. Y, si todo se redujera a una simple ignorancia, tal vez, este artículo no tendría ningún objetivo. No obstante, estas ideas empapan la cultura y llevan a los sujetos a no acudir a consulta, ya sea porque la visualizan como algo que no es, sin importancia, poco efectivo o, justamente, por el estigma social alrededor de los trastornos mentales y de los sentimientos. ¿Cuántas veces no se ha escuchado que la psicología es para los “locos”, los “débiles” o los “enfermos”?
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud(OMS, 2016), padecimientos mentales, como la depresión y la ansiedad, van en incremento. En 1990, 416 millones de personas sufrían estos trastornos, mismos que aumentaron a 615 millones para 2013. Además, tan sólo 3 % de los gastos invertidos en salud pública en el mundo se destinan a la salud mental, a pesar de que las grandes instituciones han aceptado los alcances de la atención psicológica para la salud en general. Inclusive, reconocen su poder en otras áreas, como la económica, la laboral o la social (OMS, 2016).
Los trastornos mentales son uno de los principales factores de riesgo para otras enfermedades y/o lesiones intencionales o no intencionales, como la gastritis, las infecciones de transmisión sexual (VIH), las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, entre otras (OMS, 2015). La mente causa y elimina síntomas físicos y el cuerpo, a su vez, puede generar síntomas emocionales. La psicoterapia se ubica como un método efectivo en la prevención, intervención y rehabilitación de los trastornos mentales, así como de los factores emocionales causantes y consecuentes de una diversa gama de alteraciones físicas. Incluso, en muchos casos, se reconocerá como elemental para salvaguardar la salud del sujeto desde una visión integral y biopsicosocial.
"Probablemente, la psicoterapia, algunas veces, no sirva de mucho, pero siempre, sirve de algo. Y ese “algo” es lo que la hace poderosa”.
Por otro lado, cerca del 20% de los niños y adolescentes padecen de algún tipo de problemática mental antes de los 14 años, que van desde trastornos por déficit de atención e hiperactividad hasta cuestiones relacionadas con el cutting, los intentos de suicidio y la depresión (OMS, 2015). Se distingue la estrecha relación entre las funciones cognitivas y las emocionales, que promueve el desarrollo de la personalidad, las habilidades y las aptitudes, como las sociales. En la niñez, la escuela es el segundo hogar y la casa la primera escuela, lo que impacta, no sólo en el niño, sino en el adulto que en un futuro será.
A lo largo de los años, se han desarrollado métodos para observar, identificar y evaluar las diversas necesidades de los niños, incluso cuando éstos presentan trastornos difíciles de diagnosticar. El campo de la psicología cuenta con instrumentos veraces y confiables para acercarse a los diferentes fenómenos que envuelven la salud mental de los humanos. Esto abre una enorme brecha para avanzar y mejorar los planes estratégicos de intervención tanto a nivel clínico como educativo, tomando en cuenta todas las variables que influyen en el padecimiento de los sujetos. En función de la etiología de la misma psicopatología, así como del contexto, el psicólogo construirá un plan de tratamiento adecuado para su solicitante.
Otro punto a abordar es el poder de la psicoterapia en el ámbito familiar. Se advierte que todas las familias pasan por diferentes crisis a lo largo de su desarrollo, algunas esperadas (como la adolescencia o la partida de los hijos) y otras no (como la muerte de un hijo, el divorcio de los padres, el cambio de residencia, entre otras). Muchas familias requieren de intervenciones profesionales por los síntomas que ambos panoramas pueden causar, luego de analizar el estancamiento que la pérdida pudo ocasionar y movilizar al sistema al cambio y al encuentro de un nuevo equilibrio que, sobre todo, les haga sentido y significado.
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Julien Pacaud, Time and Tide (Tiempo y marea), 2015. julienpacaud.com. Cortesía del artista.
![of-desire+](https://capitel.humanitas.edu.mx/wp-content/uploads/2016/08/of-desire-1024x754.jpg)
Julien Pacaud, Of Desire (Del deseo), 2015. julienpacaud.com. Cortesía del artista.
Por otro lado, la psicología sistémica no se detiene en lo familiar, identifica la importancia de los factores sociales y contextuales. En México, la violencia aumenta de manera inimaginable, lo que vuelve urgente la atención de problemáticas y sus consecuencias en la salud, por ejemplo, la inseguridad pública, la violencia de género, el abuso sexual infantil y la pobreza, entre otros. Y tal vez, lo complicado no sea únicamente la cotidianidad de los percances sino la normalización con la que viven, piensan y sienten ya los mexicanos en relación con esto, sin detenerse a cuestionar los discursos de poder que hay detrás. Ámbitos como la psicoterapia (entre otros), se presentan como excelentes oportunidades de cambio no sólo a nivel micro sino macro, formando mediante las conversaciones grandes espacios de cuestionamiento social y político y, por ende se convierte en un poderoso activismo que comienza con el paciente, sigue con la familia, la comunidad, la sociedad y logra efectos en el mundo.
No obstante, este acto se crea entre dos personas: el terapeuta y el paciente (consultante o cliente). Dicha conversación está basada en la confianza, la confidencialidad y la imparcialidad. Sin creer que el psicólogo le dirá al individuo cosas que no piense o sienta, intentará formar un espacio de empatía y sin prejuicios, trabajando cada uno con su mundo interno y construyendo herramientas para enfrentar las diversas problemáticas que acontecen al sujeto. Sin creer que el terapeuta es un salvador que conoce la receta para poder vivir bien, éste utiliza su capacitación y su formación profesional para colaborar con los pacientes, aunque no tenga la respuesta a todas las preguntas y demandas. El terapeuta reconoce la importancia de vivir como un humano también con virtudes y defectos y sabe lo delicada que es su labor.
Es relevante dejar de manifiesto que el objetivo no es convencer al lector de comenzar una psicoterapia o defendera capa y espada la psicología como una ciencia, sino analizar unos de los muchos y principales impactos de la psicología, y, en especial, de la psicoterapia en la salud. Es cierto que todavía se lucha contra muchos mitos y seguramente, se seguirá en la misma batalla mucho tiempo. Sin embargo, ésta no tendría victoria si no se tuvieranobjetivos y propósitos claros como aumentar el bienestar de la vida de las personas. Y ese aumento, por muy pequeño que sea, es el poder de la psicoterapia.
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BIBLIOGRAFÍA
OMS, (2015). 10 datos sobre salud mental. Recuperado el 20 de mayo de 2016, de http://www.who.int/features/factfiles/mental_health/mental_health_facts/es/
OMS, (2016). La inversión en el tratamiento de la depresión y la ansiedad tiene un rendimiento del 400%. Recuperado el 20 de mayo de 2016, de http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2016/ depression-anxiety-treatment/es/
OMS, (2016). Salir de la penumbra: Hacer que la salud mental sea una prioridad de desarrollo a nivel mundial. Recuperado el 12 de mayo de 2016, de http://www.who.int/mental_health/advocacy/WB_event_2016/es/
Ana Sofía Herrera Harfuch es Licenciada en psicología por la Universidad Iberoamericana, Maestra en terapia familiar por el Instituto de la Familia, con estudios de diplomado en terapia narrativa por la UNAM. Psicoterapeuta y docente.
Rodrigo Antonio Galán Mendoza es Licenciado en psicología por la Universidad Iberoamericana, Maestro en neuropsicología y educación por la Universidad Panamericana. Neuropsicoterapeuta infantil, psicólogo escolar y docente.