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¿CÓMO FUNCIONA LA TERAPIA CAPAZ DE OFRECER ALIVIO DURADERO AL DOLOR CRÓNICO?

por Verónica Guerrero Mothelet
imágenes de Chrystl Rijkeboer

LA “TERAPIA MEZCLADORA” ES UN TRATAMIENTO NO INVASIVO CONTRA EL DOLOR CRÓNICO QUE PODRÍA PRODUCIR UN ALIVIO SIGNIFICATIVO PARA UN 80 O 90% DE LOS PACIENTES. PERO, ¿CÓMO FUNCIONA?

Un tratamiento no invasivo contra el dolor crónico, llamado “terapia mezcladora”, podría ofrecer un resultado más eficaz que el que se obtiene con la conocida terapia de estimulación nerviosa transcutánea, de acuerdo con una revisión de sus efectos, realizada por expertos en dolor del Hospital Johns Hopkins.

La terapia transcutánea administra señales eléctricas de baja intensidad a través de la piel, empleando un par de electrodos colocados en los sitios del dolor. Sin embargo, el alivio suele desaparecer poco después de finalizados los impulsos eléctricos. De hecho, los expertos de Johns Hopkins mencionan un estudio que evaluó el impacto de esta terapia en 381 pruebas clínicas aleatorias, y que solamente encontró una diferencia sin importancia estadística en el alivio del dolor entre esta terapia y un procedimiento placebo.

Por el contrario, la “terapia mezcladora”, aprobada en Estados Unidos desde 2009, podría producir un alivio significativo para entre 80 y 90% de los pacientes con dolor crónico. Pero, ¿cómo funciona?

Esta terapia también administra estimulación eléctrica a través de la piel por medio de electrodos, pero éstos se colocan directamente arriba y por debajo del lugar donde se siente el dolor crónico. El propósito es capturar eléctricamente las terminales nerviosas y reemplazar las señales que vienen del área que experimenta el dolor con señales que provienen de las áreas adyacentes, donde no hay dolor. De esta forma, “mezcla” las señales enviadas al cerebro.

El dolor crónico, y casi todo el dolor neuropático, es resultado de dos fenómenos: impulsos de dolor provenientes de nervios dañados que bombardean constantemente los centros cerebrales del dolor, así como la incapacidad de las células inhibitorias para bloquear esos impulsos, evitando que se vuelvan crónicos.

La “terapia mezcladora” consigue bloquear esos impulsos ascendentes de dolor y mejorar el sistema inhibitorio, lo que puede permitir que el cerebro se reprograme, de manera que no sienta con tanta fuerza el dolor crónico. Así, con entre tres y 12 sesiones de media hora, muchos pacientes realmente obtienen un alivio importante, que no sólo reduce de manera sustancial el uso de opioides, sino que incluso puede ser permanente.  

Chrystl Rijkeboer, Stay! No. 54 (¡Quédate! no. 54), 2021. Fotografía de Edwin Roelofs.

El propósito es capturar eléctricamente las terminales nerviosas y reemplazar las señales que vienen del área que experimenta el dolor con señales que provienen de las áreas adyacentes, donde no hay dolor.

Chrystl Rijkeboer, The Dolly virus (El virus Dolly), 2022. Fotografía de Edwin Roelofs.

UNA MUTACIÓN GENÉTICA PODRÍA EXPLICAR POR QUÉ ALGUNOS NO SE ENFERMARON DE COVID-19

UN ESTUDIO OFRECE LA PRIMERA EVIDENCIA DE UNA INFLUENCIA GENÉTICA EN LA INFECCIÓN ASINTOMÁTICA DEL SARS-COV-2, Y AYUDA A RESOLVER EL MISTERIO DE POR QUÉ ALGUNAS PERSONAS, PESE A INFECTARSE, NUNCA SE ENFERMARON DE COVID-19.

Chrystl Rijkeboer, Weekly market shoppings (Compras de mercado semanales), 2021. Fotografía de Edwin Roelofs.

Si forman parte del grupo de personas que se infectaron con el virus SARS-CoV-2, pero nunca desarrollaron síntomas, podrían debérselo a sus genes. Investigadores de la Universidad de California encontraron que esta población tiene dos veces más probabilidades, que quienes sí presentaron síntomas, de contar con una variante genética que les ayudó a eliminar el virus. El estudio ofrece la primera evidencia de que existe una base genética para no presentar síntomas y ayuda a resolver el misterio de por qué algunas personas, aunque se infectaron, nunca se enfermaron de COVID-19.

El secreto está en un antígeno de los leucocitos humanos, llamado HLA, un marcador de proteínas del sistema inmunológico. Una mutación de los genes que codifican HLA, bautizada como HLA-B15, parece ayudar a las células T a identificar el SARS-CoV-2 y atacarlo. Así, las células T pueden identificar el coronavirus pese a nunca haber estado en contacto con él, porque detectan su parecido con algunos virus ya conocidos del resfriado común, cuyo registro quedó grabado en la “memoria” de estas células inmunológicas. 

De manera específica, los investigadores observaron que, al exponerse al virus, las células T respondían a un péptido de este coronavirus, que es muy similar al de otros coronavirus estacionales, como el del resfriado. Eso pudo permitir a sus células T reconocer enseguida el SARS-CoV-2 e iniciar una respuesta inmune más rápida y eficaz.

La investigación observó que 20% de las personas estudiadas que habían permanecido asintomáticas tenía cuando menos una copia de la variante de HLA-B15, en comparación con 9% de aquellas que sí habían reportado síntomas. Sin embargo, quienes poseían dos copias de la variante tuvieron hasta ocho veces más probabilidades de evitar la sintomatología.

De hecho, esta mutación es bastante común y, aunque no evita que el virus infecte las células, sí impide que su portador desarrolle síntomas, incluso aquellos tan mínimos como escurrimiento nasal o dolor de garganta. Estudiar esta respuesta inmune permitirá identificar nuevas formas de promover la protección inmunológica contra el SARS-CoV-2, que podrían aprovecharse para el futuro desarrollo de vacunas o medicamentos.

Chrystl Rijkeboer, We are family (Somos familia), 2021. Fotografía de Edwin Roelofs.

Chrystl Rijkeboer es una artista visual que vive y trabaja en Haarlem, Países Bajos. Su arte incluye proyectos de escultura, fotografía y video. En 2020 comenzó a trabajar en una serie de esculturas cerámicas que con una impronta ingenua e histórica, exploran con mucha sensibilidad y algo de humor el coronavirus. Su trabajo se ha expuesto en Europa, Estados Unidos y Canadá y ha aparecido en revistas como +ING (Japón), Sleek Magazine (Alemania), Trendsetter (Turquía) y Textiel Plus (Países Bajos). www.rijkeboer.com | Instagram @crijkeboer

Verónica Guerrero es filósofa, periodista y divulgadora de la ciencia; ha sido corresponsal de la revista Nature Biotechnology y colaboradora frecuente en ¿Cómo ves? de la UNAM.

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