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VAN GOGH, LA NOCHE ESTRELLADA: ¿EXPOSICIÓN O ESPECTÁCULO?

Todas las imágenes: Exposición Van Gogh, La nuit etoilée en el Atelier des Lumières de París, realizada de febrero a diciembre de 2019. Fotografías de E. Spiller. Cortesía de © Culturespaces.

por Mónica Sánchez Escuer

LA MUESTRA VAN GOGH, LA NUIT ÉTOILÉE QUE SE PRESENTA EN L’ATELIER DES LUMIÈRES DE PARÍS APROVECHA LA TECNOLOGÍA PARA DARNOS LA OPORTUNIDAD DE INTRODUCIRNOS Y EXPERIMENTAR EN LAS OBRAS DEL PINTOR NEERLANDÉS.
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¿Qué ocurre cuando una pintura deja de ser un objeto plástico para convertirse en una imagen intangible proyectada en una superficie plana? ¿Qué sucede con el contenido de un cuadro cuando es trasladado a otros medios?, ¿qué cambia?, ¿se pierde el espíritu intrínseco de la obra? Cuando se desmaterializa una pieza ¿transmite y provoca las mismas emociones que esperaba comunicar?, ¿se corre el riesgo de que una exposición digital simplifique los contenidos y se convierta sólo en un medio de entretenimiento?

Las exhibiciones inmersivas se han convertido en un género museístico en el que se realizan montajes de realidad aumentada o virtual que crean la ilusión de transitar por obras de arte, espacios biológicos, históricos o ficticios. De acuerdo con Florence Belaën estos montajes pueden ser exógenos (recrear un mundo real o ficticio conforme a un referente), endógenos (crear un mundo inédito o abstracto) o una combinación de ambos que le permita al visitante jugar con la estética del detalle, el fragmento, los sonidos o la narrativa visual a fin de generar atmósferas que transmitan ideas complejas y conecten con las emociones del observador. Este tipo de exposiciones nos llevan a reflexionar sobre el sentido de una galería o museo tradicional en la era digital y, en consecuencia, sobre los posibles cambios en la lectura de una obra creada para ser exhibida en las paredes de un museo tradicional cuando es trasladada a los medios digitales.

Inaugurada en febrero de este año, Van Gogh, La nuit étoilée (Van Gogh, La noche estrellada) es una exposición multisensorial inmersiva dirigida por Gianfranco Iannuzzi, Renato Gatto y Massimiliano Siccardi, realizada en L’Atelier des Lumières, el primer centro de arte digital de París. Centrada en la experiencia del espectador, esta producción busca adentrar al visitante en el corazón de las obras del pintor holandés por medio de un cuidadoso trabajo curatorial, tecnológico, musical y visual.

Ésta no es la primera exhibición digital del artista. Destacan Meet van Gogh, del Museo van Gogh de Ámsterdam en la que el visitante, además de admirar las obras digitalizadas y videos sobre el pintor, puede deambular por la famosa recámara de Vincent; y la exposición Van Gogh Alive de Grande Exhibitions, con música y reproducciones digitales de gran formato. En la primera, la inmersión es baja ya que se mantiene una distancia entre el objeto y el sujeto: el visitante entra a la escena, pero no deja de ser visitante. En el segundo caso, aunque la experiencia es más similar a la que se vive en L’Atelier, está estructurada como galería, es decir, está pensada más para la apreciación visual de las piezas.

En La nuit étoilée el recorrido está diseñado a partir de una narrativa más cercana a la construcción dramática en la que se procura que el visitante se sumerja en la obra de van Gogh y observe sus cualidades extraordinarias, que perciba en ellas la forma peculiar de Vincent de mirar y representar el mundo. Organizada en bloques temáticos y apoyada en una banda sonora que acentúa las distintas atmósferas espaciales y anímicas, la exposición inicia con una visión integral de la maestría en el manejo de la luz y el color de las obras de madurez, para proceder con un recorrido cronológico por los lugares, sucesos y la evolución creativa del artista hasta develarse en las pinturas proyectadas.

Van Gogh comparte con los impresionistas la idea de la pintura como proceso: la realidad no es concebida como algo dado y perfecto, sino como un devenir, “una constelación pasajera y única, una ola fugitiva del río en el que no se baña uno dos veces”. Por lo tanto, un cuadro debía transmitir la impresión espontánea y subjetiva de su fugacidad. Asimismo, rechaza las líneas definidas, juega con los efectos de la luz, crea atmósferas en busca de vivencias sensoriales más que de “experiencias ópticas”. Pero van Gogh lleva las pinceladas finas y los colores difuminados de sus predecesores a trazos cortos, profundos y vigorosos, en colores sólidos, brillantes, contornos gruesos y curveados que trazan formas de gran expresividad. Sus cuadros transmiten, de manera poderosa y única, el movimiento apenas perceptible que sucede mientras se contempla la naturaleza: el paso del viento por los trigales, los cipreses, la fuerza centrípeta de los rostros, las curvas precisas de los remolinos celestes, los reflejos indecisos del sol y sus órbitas invisibles.

Si observamos el trabajo de van Gogh a la luz de estos principios, la exhibición no está lejos de su espíritu. La curaduría visual y sonora logra generar impresiones sensoriales que envuelven al público aunque de una forma distinta a la obra original: el visitante literalmente transita por los trazos magnificados de los cuadros más representativos, puede mirar a detalle el contraste cromático, la fuerza y el movimiento de sus pinceladas. Algunos aún se preguntan hasta qué punto este tipo de exposiciones no son más que un espectáculo. La clave, quizás, está en el cuidado de la narrativa curatorial. Van Gogh, La nuit étoilée, no muestra La noche estrellada, invita a experimentar, por unos minutos, la vitalidad expresiva del artista.

BIBLIOGRAFÍA

Achiam, Marianne. Immersive Exhibitions. Encyclopedia of Science Education, 2014.

Belaën, Florence. L’analyse de l’apparition d’un nouveau genre culturel dans les museés des sciences: les expositions d’immersion. París, Francia, 2003.

Hauser, Arnold. Historia social de la literatura y del arte vol. III. Barcelona: Guadarrama /Punto Omega, 1992.

[…] el recorrido está diseñado a partir de una narrativa más cercana a la construcción dramática en la que se procura que el visitante se sumerja en la obra de van Gogh […].

www.atelier-lumieres.com

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Mónica Sánchez Escuer es escritora y profesora, Maestra en artes visuales por la UNAM y en creación literaria por la Universidad de Texas. Es tutora del Diplomado en Fotonarrativa y Nuevos Medios de la Fundación Pedro Meyer.

1. Un espacio de proyección de 3300 m2 con 140 proyectores que muestran cerca de 3 mil imágenes en el piso y paredes panorámicas de 10 metros de altura.. 

2. Arnold Hauser, Historia social de la literatura y del arte vol. III (Barcelona: Guadarrama /Punto Omega, 1982).

3. Ibídem

4.  Un logro significativo si se piensa en que se trata de una exhibición de las pinturas con mayor número de reproducciones (digitales y en papel) de la historia del arte.

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