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LA PARADOJA DE LOS SUEÑOS

Robert y Shana ParkeHarrison, Navigator (El navegante). De la serie Architect’s Brother, 2003. Cortesía de los artistas. parkeharrison.com

por Mónica Sánchez Escuer

EN LAS FOTOGRAFÍAS DE SHANA Y ROBERT PARKEHARRISON SE ADVIERTE NOSTALGIA POR LAS CONSECUENCIAS DEL PASO DEL TIEMPO. TAMBIÉN ENCONTRAMOS UN EJERCICIO DE IMAGINACIÓN, UN DESEO DE CAMBIO Y UNA VOLUNTAD DE RECONSTRUCCIÓN EN BÚSQUEDA DE ESTADOS SUPERIORES DE VIDA.

La serie Architect’s Brother es una inquietante metáfora de los sueños y la voluntad. Una colección de fotografías creada por Shana y Robert ParkeHarrison, artistas visuales norteamericanos que comparten no sólo su vida, su profesión y su visión del mundo, sino sus preocupaciones por el medio ambiente y su esperanza de transformar a partir de las cualidades instigadoras y subversivas del arte. Con cierta dosis de humor negro, la pareja construye una narrativa ambigua y apocalíptica en torno a la relación ambivalente del humano con la naturaleza. A partir de cualidades cinematográficas y performáticas crean una poética visual en la que combinan recursos como la pintura, la escultura, el collage, la escenografía y el teatro donde el propio Robert funge como personaje. No utilizan medios digitales de edición, lo que dota de una materialidad arcaica al trabajo final, acorde con la ambigüedad que pretenden generar en su discurso. El tratamiento monocromático y viñetado proporciona una pátina atemporal que baña al personaje de nostalgia y acentúa el dramatismo del paisaje. La elección del blanco y negro nunca es fortuita, y en estas obras tiene la intención de crear un espacio propicio, un estado mental que le permite al observador adentrarse, sin distracciones, en ese universo sombrío.

Las imágenes son doblemente poderosas: reflejan la fragilidad del mundo, de la naturaleza, del humano y de sus sueños; y al mismo tiempo muestran el poder de la voluntad, la imaginación y la creatividad. En un nivel, contienen una crítica severa a la devastación ecológica a partir de los deseos humanos de controlar y transformar el mundo. Como mencionan en su declaración artística, su trabajo trata “sobre el dilema planteado por la promesa fallida de la ciencia y la tecnología para solucionar nuestros problemas, proporcionar explicaciones y certeza sobre la condición humana”. Pero cada imagen es un recorrido de ida y vuelta, sintetiza una paradoja circular: el poder constructivo, destructivo y reconstructivo de la creación humana. En ellas está implícito el deseo de resolver las dificultades de la vida cotidiana, pero lo que queda, lo que se evidencia es el resultado: la devastación. Al mismo tiempo, el personaje solitario, Everyman, simboliza la inagotable voluntad del ser humano por reconstruir las ruinas y reconstruirse a sí mismo en el proceso.

En las fotografías como El sembrador”, “El limpiador de nubes” o “El navegante” es evidente el cierre de esta paradoja: al centro del paisaje destruido, el personaje ingenuo e ingenioso intenta restaurar la vida en la tierra mediante acciones extravagantes y una tecnología arcaica que crea él mismo con los restos del desastre. Las imágenes recuerdan el teatro del absurdo: son una representación de la irracionalidad y la paradójica belleza de los deseos humanos; escenifican, con un performance suspendido en el tiempo, las consecuencias de la lógica industrial regida por el impulso del hombre de dominar la naturaleza, y a su vez, muestran la belleza que guarda todo sueño imposible.

Este doble filo de la voluntad recuerda a Nietzsche y su idea de poder en ambos sentidos, deseo y dominación. Para el filósofo, todos los hombres tienen el impulso de dominar y toda voluntad está marcada por este impulso. Sin embargo, el dominio se refiere no sólo al sometimiento de lo débil frente a una fuerza superior, sino al impulso por alcanzar estados superiores, por crecer, por vivir más allá de la mera supervivencia. La voluntad de poder es el motor que lleva al ser humano no sólo a realizar sus deseos de dominación sobre sí mismo y sobre el exterior, también es la fuerza que expande la creatividad y la libera de la inercia. Ésa es la esperanza que devela el trabajo de ParkeHarrison. Mediante su obra se experimenta la pérdida, el vacío, la desolación, pero la sensación de desesperanza se transforma en voluntad férrea. Por absurdas que parezcan las acciones del ser humano común, por inservibles que se vean los artefactos que construye, su esfuerzo no es en vano: el personaje se mueve de lugar, y aunque el mundo termine en circunstancias similares a las que partió en el eterno retorno nietzscheano, el propio empeño, la voluntad de transformación le da sentido a su existencia.

Robert y Shana ParkeHarrisonDa Vinci’s Wings (Las alas de Da Vinci). De la serie Architect’s Brother, 2000. Cortesía de los artistas.  parkeharrison.com

Robert y Shana ParkeHarrisonGuardian (Guardián). De la serie Architect’s Brother, 2003. Cortesía de los artistas.  parkeharrison.com

Robert y Shana ParkeHarrisonThe Sower (El sembrador). De la serie Architect’s Brother, 2003. Cortesía de los artistas.  parkeharrison.com

[…] la pareja construye una narrativa ambigua y apocalíptica en torno a la ambivalente relación del hombre con la naturaleza.

Robert y Shana ParkeHarrisonCloud Cleaner (Limpiador de nubes). De la serie Architect’s Brother, 1999. Cortesía de los artistas.  parkeharrison.com

Robert y Shana ParkeHarrison, Edison's Light (La luz de Edison). De la serie Architect’s Brother, 1998. Cortesía de los artistas.  parkeharrison.com

Everyman es un sobreviviente de la catástrofe que se siente el guardián y único responsable de la reconstrucción del planeta. Sin duda, es un guiño al personaje de Saint-Exupéry y el dilema de la flor. Sin embargo, no es el luminoso Principito; aunque su esfuerzo se perciba heroico, la vestimenta de oficinista que contrasta con el yermo paisaje lo delata. Enfundado en su traje oscuro, se asemeja más al burócrata, al buen ciudadano que hace lo que tiene que hacer, lo que le dicta la obligación moral y cívica. Pero lo hace con un empeño inaudito. Su tesón se asemeja al de los grandes inventores que trabajan intensamente en la realización de una quimera. “Las alas de Da Vinci” y “La luz de Edison” ilustran este paralelismo, como todas las obras de la serie Promisedland que parecen ser el punto de partida y de llegada en la parábola del Architect’s Brother. En la tierra prometida, el humano común, más que dominar a la naturaleza, establece una conexión creativa con ella: genera la escritura de viento, la sinfonía de árboles escucha las voces de la tierra.

ParkeHarrison ponen en jaque al observador. Con humor, lo hacen cuestionar su propia relación con el mundo, con la imaginación, con sus sueños. Cada fotografía, como todo buen poema, abre una cadena de preguntas que, como las aves en la “Lección de vuelo”, enseñan al observador a mirar más allá de la jaula. 

REFERENCIAS:

ParkeHarrison, Robert y Shana. Architect’s Brother. Nuevo México: Twin Palms Publisher, 2000.

ParkeHarrison Shana. Artist Talk: Robert & Shana ParkeHarrison. Video producido por Catherine Edelman Gallery, 2016. https://vimeo.com/162394290.

ParkeHarrison, Robert y Shana. Statement. En www.parkeharrison.com / En activo: 3 de julio del 2018..

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Mónica Sánchez Escuer. Escritora y profesora, Maestra en artes visuales por la UNAM y en creación literaria por la Universidad de Texas. Es tutora del Diplomado en Fotonarrativa y Nuevos Medios de la Fundación Pedro Meyer.

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